Libros de papel que no morirán

Libros de papel que no morirán

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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En las Ferias del Libro todavía subsisten algunas opciones que ofrecen una experiencia de lectura que no puede ni podrá ser nunca reemplazada por la tecnología, por mucho que se perfeccione.

El mundo digital se ha colado en muchos aspectos de la vida cotidiana y la rápida popularización de las tabletas o los lectores de e-books gracias a los precios más asequibles han conseguido que este formato vaya ganándose los corazones de los lectores y haya afectado seriamente a las ventas de libros impresos. Sin embargo, hay algunos libros, que por sus peculiares características, ofrecen experiencias únicas imposibles de digitalizar que pueden convertirse en la esperanza de algunas librerias.

"Yo soy una persona que lee en e-book, pero hay libros que el internet no pueden reemplazar", afirma Cárlos Valiente, de la Editorial Susaeta. "Los libros prácticos, de consulta, de bricolaje, albañilería, fontanería", son algunos de los ejemplos de libros que Valiente nunca compraría en formato digital.

Pero el reducto no queda sólo ahí, los niños son los que mayor oferta tienen en este departamento. El mercado de libros infantiles que permiten una interacción, completamente diferente a la de un producto digital, en la que desarrollan los sentidos del olfato y el tacto en experiencias que resultan imposibles con un libro electrónico.

"Cuentos clásicos con grandes ilustraciones, con texturas, con olores, con marionetas o de materiales suaves para los bebes" se pueden conseguir en diferentes estilos y para todas las edades, asegura Valiente y no son sustituibles por una fría pantalla del ordenador.

Otra opción que "a los chavales les encanta" y que son verdaderas obras de arte, "muy bien elaboradas", son los plegables. "Vender el cuento, que no tiene tradición en España, siempre ha sido difícil. Pero en los últimos años las ventas han caído mucho", explica José Luis Pedreira, CEO de la Librería y Editorial Tres rosas amarillas, especializada en cuentos y relatos cortos.

Frente a la crisis, esta librería ha encontrado su alternativa: los plegables, teatrinos y otros productos similares, que como señala Pedreira, "no pueden ser reemplazados por un libro electrónico o un ordenador".

Y es que con estos llamativos productos que Pedreira y su equipo localizan, seleccionan e importan al país desde Estados Unidos, Francia, Alemania o Inglaterra, su librería ha hecho frente a la amenaza de la industria editorial digital.

Libros para fanáticos

Los que leyeron comics en su infancia o aman los libros desde pequeños no lo piensan dos veces para comprar sus ejemplares impresos. "A nosotros no nos ha afectado en nada" la popularidad de la lectura en digital, "el que lee un comic en internet nunca se lo ha comprado impreso, ni se lo va a comprar", explicaba José Luis Aguado de Comics El Coleccionista.

"Los comiqueros somos de papel, disfrutamos leyendo en el sillón", señala Aguado. "En internet es muy complicada la lectura del comic. En un libro pasas la página, pero con los comics tienes que mover las viñetas de un lado a otro y es mucho más difícil", explica.

Los bibliófilos están dispuestos a pagar entre 1.500 a 15.000 euros por una copia fiel de su manuscrito o su facsímil favorito. "Estos libros los suelen comprar la gente que ama los libros", explica Ana Docavo, Directora de publicaciones de Patrimonio Ediciones, una editorial que ofrece réplicas de manuscritos antiguos de gran importancia histórica en ediciones limitadas, de menos de 1.000 ejemplares por edición.

"Las personas creen que esta clase de libros sólo lo compran los millonarios, pero para nada.", destaca Docavo. "Lo comprar profesores de universidad, médicos, abogados. No se necesita ser millonario para adquirir uno de estos ejemplares", señala mientras explica que disponen de planes para financiar los libros.

Los álbumes ilustrados y los libros especializados en arte, fotografía, vehículos o deportes también siguen teniendo demanda entre los impresos. "Este tipo de libros es mucho más difícil y menos común que se encuentren pirateados en digital, porque no son solo para leer y ya está. ", afirma Pablo Villanueva de Libros Motor. "A las personas les gusta tenerlos o darlos como regalo" y eso es difícil hacerlo o no se quedaría tan bien haciéndolo con un pen drive, aunque en el pen drive quepan quinientos de estos ejemplares.

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