Escollos a salvar para trabajar en Alemania

Escollos a salvar para trabajar en Alemania

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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El idioma y la convalidación de títulos son los escollos más importantes con los que se topan los desempleados españoles que emigran a Alemania, presunto paraíso laboral de Europa, en busca de trabajo.

Los expertos destacan estas como las principales causas que muchas veces impiden que se encuentren, del lado de la oferta, los que se marchan del sur de Europa en busca de trabajo a la primera economía del continente y, del lado de la demanda, los cientos de empresas alemanas con miles de vacantes sin cubrir.

"El problema número uno es el idiomático y el segundo es el reconocimiento de los títulos profesionales", explica Hans-Peter Klös, responsable de política educativa y laboral del Instituto de la Economía Alemana (IW) de Colonia.

Y es que las cifras oficiales avalan esta afirmación: según la Oficina Federal de Estadística en 2011, el último año del que tiene datos completos, a Alemania llegaron cerca de 21.000 españoles, pero otros 11.000, algo más de la mitad, tuvieron que regresar a España.

Los expertos coinciden en que la traba del idioma es difícil de salvar a corto plazo: el alemán es una lengua con muy escaso arraigo en los centros docentes del sur de Europa -donde se han priorizado el inglés, por ser el idioma de la principal potencia mundial, y el francés por su parecido y proximidad geográfica -, y su complejidad y distancia de las lenguas romances dificultan un aprendizaje rápido y a distancia. Ello unido a que anteriormente la busqueda de trabajo en el extranjero no era ni mucho menos tan deseada, dificulta el acceso a aquellos que no lucharon contra la corriente mayoritaria y decidieron estudiar este idioma, escasamente hablado en otros países del mundo.

"La principal barrera del mercado laboral europeo es la barrera del idioma", aseguró recientemente la ministra alemana de Trabajo, Ursula von der Leyen.

Sobre el reconocimiento de las titulaciones, los especialistas indican que en los últimos años se está avanzando en Europa a nivel universitario gracias al proceso de Bolonia, pero que este proceso apenas se ha abordado para la convalidación de estudios de formación profesional (FP), que es uno de los sectores educativos de donde más mano de obra se demanda.

Estos estudios varían mucho de un país a otro tanto en competencias como en currículo, un punto donde Alemania enfatiza el aprendizaje práctico en empresas -la denominada educación dual- frente a otros países que se centran principalmente en la teoría.

"En la actualidad los estudios no son comparables. Pasarán años hasta que en Alemania se reconozcan los títulos de la educación dual española", asegura Marion Rang, portavoz de la Central de Mediación para Extranjeros (ZAV) de la Agencia Federal de Empleo (BA).

A estos escollos se añaden otros, como que la mayoría de vacantes se abre en empresas situadas en localidades pequeñas, no en las grandes ciudades alemanas, algo que resulta poco atractivo para los inmigrantes.

Demanda de mano de obra cualificada

No obstante, el potencial está ahí: el Gobierno alemán asegura que su economía precisa "decenas de miles" de universitarios -principalmente ingenieros e informáticos- y la BA cifra en al menos 33.000 las plazas de aprendiz que las empresas no consiguen cubrir.

¿Cómo salvar los obstáculos y hacerse con una de esas supuestamente ideales plazas?

 Los expertos animan a los candidatos a aproximarse al mercado laboral alemán a través de programas, ya sean públicos o privados, en lugar de en solitario.

Para ello la ZAV alemana y la embajada de España en Berlín han desarrollado en los últimos años decenas de actos con este propósito.

Y es que gracias al programa "MobiPro-EU" del ZAV -sufragado por el Gobierno federal- más de 400 jóvenes del sur de Europa, principalmente españoles y portugueses, estudiarán a partir del próximo curso escolar una titulación de formación profesional (FP) en Alemania.

El sector privado alemán también se ha puesto manos a la obra y empresas de gran tamaño, tales como Siemens a BMW, están lanzando programas integrales para captar aprendices del sur de Europa y formarlos tanto a nivel técnico como idiomático.

Además, parece haber voluntad política para articular un marco regulatorio propicio: los Gobiernos de Alemania y España acaban de firmar un acuerdo de cooperación por el que se podrían crear hasta 5.000 empleos al año en la primera economía europea para jóvenes desempleados españoles.

Berlín está estudiando asimismo modificar su sistema de migración para favorecer la llegada de técnicos de profesiones demandadas aunque no tengan una oferta de trabajo en firme e, incluso, dar la doble nacionalidad a quienes atraviesen sus fronteras por un empleo. Y es que Alemania necesita urgentemente personal que permita mantener su sistema de jubilaciones.

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