Michelle Knight, de 32 años, era la mayor de las tres secuestradas, la primera que raptó y por lo que parece a la que más odiaba
Michelle Knight es la única de las tres chicas que no ha podido regresar a casa pues se está recuperando en un hospital de los golpes y las palizas que le infringía su captor. Tiene huesos fracturados, heridas en la cara y una sordera fruto de las interminables palizas que Castro le proporcionó a Knight durante los al menos cinco embarazos que tuvo que atravesar en su larguísimo cautiverio.
Según ha informado la Policía, Castro la golpeaba repetidamente en el vientre hasta que abortaba y es la única de las tres mujeres de la que no quiso tener descendencia. Además, Castro dejó de alimentarla durante al menos dos semanas.
Michelle también ha revelado cómo en el momento en que Amanda Berry iba a dar a luz a Jocely, la hija de seis años de ambos, fue forzada por su captor a ser su matrona. Según el informe policial publicado por la CBS, Castro le dijo que “sí el bebé moría asesinaría a Michelle”. Knight, que asistió a Berry en una piscina de plástico durante el improvisado parto, tuvo que hacerle el boca a boca a la pequeña Jocelyn, que dejó de respirar al nacer, pero finalmente fue resucitada.