"Es una especie que estuvo a punto de desaparecer en los años 70 y que ha vuelto gracias a algunos granjeros que las utilizan para segar, en lugar de usar cortacéspedes eléctricos", explica la directora de los Archivos de París, Agnès Masson, especialista en documentación que a pesar de no tener relación aparente con la fauna ovina, es la artífice de esta curiosa experiencia que ha convertido a cuatro pequeñas ovejas en unas nuevas vecinas del distrito XIX de París.
"Ecopastoreo"
"Pensaban que estaba loca", comenta la directora de una institución que lleva a sus espaldas más de dos siglos de historia y la que ha persuadido, tras más de cuatro años de piruetas administrativas para lograr los permisos necesarios, para que introduzca en uno de los barrios más poblados de París una experiencia de "ecopastoreo".
Serán las ovejas las que siegan y fertilizan el terreno de 2.000 metros cuadrados, en sustitución de herramientas que consumen energía eléctrica y de abonos compuestos a base de productos químicos.
La idea original había sido tener como inquilinos a varios burros, pero los expertos de la Granja de París -una explotación agrícola de vocación pedagógica- sugirieron traer cuatro ovejas, hermanas entre sí, cuyo precio es de tan sólo "unos 250 euros" por cabeza.
"Para nosotros es práctico porque el terreno es bastante pequeño y nos permite utilizarlas en lugar de una segadora eléctrica" y "es también una forma de reintroducir el campo en la ciudad, porque estamos en una zona de mucho cemento, pero que al mismo tiempo estamos en un nuevo pasillo verde vinculado al tranvía, a los parques de la zona y al jardín Gainsbourg", comenta.
"Hoteles de insectos"
Las ovejas son originarias de la isla de Ouessant, en la costa atlántica francesa, pero estos cuatro pequeños ejemplares de color pardo y algo más de 2 años de edad provienen de la localidad de Rennes y son idóneas para este tipo de experiencias porque son bastante resistentes a las enfermedades.
"Se tiraron a la hierba rápidamente, debe de ser bueno", añade la directora de los archivos, quien asegura que "no tienen miedo del público que viene, al contrario, se sienten atraídas por la gente".
En realidad, no son los únicos animales que pernoctan en los Archivos de París, pues en el mismo espacio ya se han instalado varios "hoteles de insectos" con los que favorecer la polinización de la flora en una ciudad en la que la densidad de población media es de 20.000 habitantes por kilómetro cuadrado.
"Las tendremos entre tres y cuatro semanas, tiempo suficiente para que se coman toda la hierba”. Tras esta primera experiencia volverán a la Granja de París, y cuando la hierba haya vuelto a crecer regresarán, explica.
Ahora, la ciudad de París intenta evaluar con este experimento si esta iniciativa de gestión ecológica puede reproducirse en otros puntos de la ciudad más turística del planeta y mientras tanto, empresas como Ecomouton o Ecopatourage ofrecen especímenes ovinos para mantener bien cuidado el forraje.
Si (
No(
