Curiosidades de la Naturaleza: ni tozudo ni lerdo

Curiosidades de la Naturaleza: ni tozudo ni lerdo

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Popularmente, el asno tiene fama de muchas cosas: paciente, tozudo e incluso lerdo. Esta semana, vamos a desenmascarar esto último y a mejorar la imagen de este animal en peligro de extinción.

Curiosidades de la Naturaleza: ni tozudo ni lerdo

Los burros son animales muy valientes. Cuando se asustan, no salen huyendo sino que rebuznan con fuerza. Un burro es el único animal de su tamaño que no retrocede si se encuentra con un león, razón por la cual en África se usan burros para proteger al ganado. Hasta los perros se asustan de los burros, pues son muy precisos en sus coces.

Este animal es tan inteligente que si algo le parece peligroso, nada ni nadie le va a hacer cambiar de opinión. Su opinión prevalece por encima de la voluntad de sus dueños, no como los caballos que se pliegan más fácilmente a la voluntad de sus amos que los utilizan contra toros o en la guerra contra miles de lanzas en ristre.

Su fama de tercos viene de su sensibilidad a los malos tratos, pues se niegan a responder a ningún estímulo que provenga de alguna persona que los haya maltratado. Pero todo cambia cuando se encuentran en un entorno favorable, pues su respuesta a los problemas es sorprendente; sus parientes salvajes en Asia y el cuerno de África, tienen fama de indomesticables y son capaces de sobrevivir gracias a su astucia en regiones áridas en las que casi ningún otro mamífero logra hacerlo.

No es de extrañar que el burro en la Antigüedad fuera un bien muy preciado por sus cualidades, su nobleza e incluso su poco exigente alimentación. En Grecia o en Roma, por ejemplo, el carácter de este animal, que era alimento en los grandes banquetes y cuya leche utilizaba en sus baños la legendaria Cleopatra, se usaba como ejemplo de virtud para los ciudadanos y además, durante siglos los caminos por las agrestes montañas, se trazaron por los pasos del burro, pues tiene la tendencia innata de elegir la pendiente más suave.

Por todo ello, los zoólogos aseguran que estos solípedos poseen una conducta compleja e incluso una gran inteligencia que no tiene nada que envidiar a la de los cerdos, las ratas o incluso nuestros mejores amigos, los perros. 

Curiosidades de la Naturaleza: ni tozudo ni lerdo
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