Una y no más

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jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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¿Harto de sufrir constantes picaduras de los mosquitos? ¿Harto de levantarte cada mañana y encontrar en tu cuerpo otra? ¿Ya no sabes qué insecticida poner en casa para que te dejen tranquilo? La entomología, ciencia dedicada al estudio de los insectos, ha dado con dos soluciones y en Hora Punta te las contamos.

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Los mosquitos se alimentan durante gran parte del año del néctar de flores, pero cuando llega el momento de reproducirse, las hembras necesitan grandes cantidades de proteínas para generar sus huevos. Ese es el motivo por el que “nuestras amigas” nos ven tan suculentos durante esa parte de su ciclo. Pero estamos de suerte, ya tenemos al menos otros dos hallazgos para evitarlo.

Por un lado el equipo del Bioquímico Roger Miesfeld de la Universidad de Arizona ha descubierto cómo conseguir que dejemos de ser víctimas de las hembras de estos insectos. De hecho, la próxima vez que te pique un insecto, podría ser la última porque han descubierto que si se bloquea un proceso celular del que dependen para activar la liberación de enzimas digestivas en su intestino, se vuelven incapaces de digerir el alimento y el 90% mueren 2 días después.

Por otro lado, si no estás dispuesto ni siquiera a sufrir una sola picadura, sabed que un grupo de investigadores de la Universidad de California, ha dado con otra forma de evitar que nos piquen, basada en el análisis de los receptores de CO2 que utilizan para detectarnos. Se trata de utilizar tres tipos de compuestos: inhibidores, imitadores y cegadores. Los inhibidores, bloquean los receptores de dióxido de carbono de sus antenas, impidiéndoles detectar las fuentes del gas, los imitadores, servirán para crear trampas, mientras que los cegadores, activarían en exceso sus receptores, lo que confundirá tanto al mosquito que le hará incapaz de detectarnos.

Este segundo método en principio no mortal para el insecto, es una aplicación sanitaria de lo que actualmente se hace en algunos cultivos frente a algunas plagas, utilizar feromonas sexuales o análogos de las mismas para confundir o atrapar a los machos de la plaga y lastrar su reproducción.

Naturalmente, la aplicación práctica de estos descubrimientos, no se queda en liberarnos de las molestas picaduras, su objetivo podría ser más ambicioso, pues podría utilizarse para liberar al mundo de las enfermedades que los mosquitos transmiten, como el dengue, la fiebre amarilla o la malaria.

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