González, acompañado por el consejero de Asuntos Sociales, Jesús Fermosel, y por el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola, entregó a la congregación religiosa Hijas de la Caridad 900 kilos de garbanzos y lentejas procedentes de la finca agrícola 'El Encín'.
En el acto, el presidente declaró que "hemos querido en estas fechas visitar un comedor social para estar cerca de todas aquellas personas que de manera desinteresada y callada trabajan, día tras día del año, al servicio de las personas que peor lo están pasando. Quiero agradecer a los más de 150.000 voluntarios madrileños, a las organizaciones no gubernamentales y a las congregaciones religiosas, el trabajo que hacen para ayudar y mejorar la vida de las personas que menos tienen".
Asimismo, manifestó que "hoy tenemos la oportunidad de hacer entrega de 900 kilos que producimos en las fincas del Imidra. En estas fincas se producen toneladas de alimentos, de los cuales tradicionalmente donamos entre 10 y 12 kilos al año a las personas que más lo necesitan, a través del banco de alimentos o de las ONGs. Así, este instituto de investigación completa su labor de investigación agropecuaria con la solidaridad."
En este sentido, González destacó que "desde el Gobierno regional estamos haciendo un gran esfuerzo para colaborar y contribuir con estas organizaciones sociales y ayudar a los más necesitados".
Comedor social
El comedor social María Inmaculada sirve entre 450 y 500 comidas diarias que garantizan el sustento a personas y familias sin recursos o que están pasando por momentos de especial dificultad.
La directora técnica del programa integral Vicente de Paul de la congregación Hijas de la Caridad, María del Carmen Briones, expuso que, "además de un comedor social, estas instalaciones disponen de centros de acogida para inmigrante, pisos tutelados para mujeres, así como, desde la congregación, hacemos programas para jóvenes en riesgo de exclusión y atención a personas sin hogar".
Asimismo, explicó que "para poder acudir al comedor social, los demandantes deben pasar una entrevista con un trabajador social, quien valorará su situación. Tras esta valoración recibirán una tarjeta que les acreditará a acudir durante un tiempo a este comedor, y pasado ese plazo se volverá a revisar la situación".
"Las solicitudes en este centro aumentan cada día, pero no podemos atender bien a más personas", agregó. Briones concluyó que "nuestro objetivo final, además de atender a las personas que nos solicitan, es dejar de ser necesarios, por esto invitamos a la sociedad a trasformar la dinámica familiar para que las personas más necesitadas no tengan que acudir a nosotros para poder sobrevivir".
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