Curiosidades de la Naturaleza: Atracción femenina por los gays en peces

Curiosidades de la Naturaleza: Atracción femenina por los gays en peces

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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La tendencia homosexual en el reino animal constituye un fenómeno universal demostrado en casi todas las especies, pero se desconocía que, como se desprende de un estudio publicado en la Royal Society, ese comportamiento entre los machos resulta fuertemente atractivo para las hembras.

Curiosidades de la Naturaleza: Atracción femenina por los gays en peces

A diferencia de lo que se pudiera pensar, el apareamiento homosexual entre animales incrementa las posibilidades de que mantengan relaciones heterosexuales con algún otro miembro de su especie.

Normalmente, las hembras eligen a sus compañeros atendiendo a los criterios sociales y/o vínculos que el macho establece con los que le rodean. El animal deseado por varias compañeras de su entorno le hace siempre más atractivo y se repite prácticamente en todas las especies.

Un experimento abordado con varios ejemplares del  pez poecilla mexicana ha evidenciado que aquellos que presentaban más conductas homosexuales y resultaban más sugerentes entre los machos, también atraían más a las hembras que el resto de sus “colegas heteros”.

Los especialistas se centraron fundamentalmente en examinar la fertilización interna de esta especie vivípara, caracterizada por un promiscuo sistema de apareamiento y reproducción.

Para abordar la investigación se seleccionaron crías de esta variedad de peces recogidos en Tampico, al norte de México, y posteriormente las mantuvieron durante un tiempo en un laboratorio a fin de que todos partiesen de una misma situación inicial.

Los “gays” son pequeños y poco vistosos

Por lo general, el comportamiento homosexual se apreció de forma regular en ejemplares con un cuerpo más pequeño y de color poco vistoso. El resto de los machos, con un tamaño mayor y una piel más colorida y llamativa, se centraron en defender agresivamente los bancos de hembras, impidiendo que sus subordinados tuvieran acceso a ellas.

“Ellas”  en principio mostraron una preferencia de apareamiento por los peces grandes, típicamente dominantes, lo que obligó a los ejemplares pequeños y medianos, radicados en la periferia de los bancos, a explotar el comportamiento homosexual como una estrategia para solicitar apareamiento consensual.

Tras numerosas pruebas, los resultados del experimento demostraron que aquellos menos atractivos (por razón de su tamaño y color) dejaban de serlo en la medida en que comenzaban a interactuar con otros de su mismo sexo.

Distinguen a los gays

Por otro lado, también corroboraron la tendencia de que los bancos de peces se forman según el sexo del animal y que las hembras distinguen perfectamente ente episodios homosexuales y heterosexuales.

Una vez que son conscientes de que se hallan ante un pez gay, su impresión inicial guiada por el aspecto físico de los peces dominantes queda anulada por el comportamiento homosexual y los vínculos establecidos entre ellos, terminando en muchos casos en situaciones de bisexualidad.

En general, todas aquellas especies en las que la homosexualidad sólo se da en los machos, la atracción femenina hacia sus compañeros gays deriva en bisexualidad, según sentencia este minucioso estudioso.

Y es que, como dijo un muy conocido director de cine, la bisexualidad duplica las oportunidades de conseguir una cita.

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