¿Trasvases o desaladoras?

¿Trasvases o desaladoras?

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Es posible que en nuestras tierras, algunos no se acuerden ya del famoso trasvase del Ebro que se planteaba realizar como solución para traer agua desde regiones en las que “sobraba” hasta cuencas deficitarias.

¿Trasvases o desaladoras?

Pero no es así en las regiones afectadas. De hecho, según fuentes consultadas, el Gobierno de Murcia, del Partido Popular, mira con esperanza las futuras elecciones ya que un diputado nacional del PP, Alberto Garre, declaró a LA RAZÓN que el PP llevaría en su programa electoral la elaboración de un nuevo plan hidrológico.

El trasvase se canceló cuando el Plan Hidrológico Nacional aprobado por el Partido Popular, fue modificado por el gobierno de Zapatero en su primer año de mandato, eliminando los trasvases, pero dadas las actuales encuestas sobre intención de voto, es muy posible que, tras ocho años de gobiernos de izquierdas, vuelva a gobernar el partido autor del Plan Hidrológico original y que tal y cómo recuerda el diputado Alberto Garre, pueda llevarlo a cabo si tiene la representación en el parlamento adecuada (ya Aznar tuvo que esperar a su segundo mandato para realizarlo).

Por ello y visto que es posible que se vuelva a la idea original, es necesario recordar, recurriendo a artículos publicados en los tiempos de la discusión y aprobación del anterior Plan Hidrológico Nacional, cuáles son algunas de las ventajas e inconvenientes del trasvase.

Los trasvases, ciertamente, podría permitir una mayor racionalización de los recursos de agua en nuestro país, sin embargo existen una serie de inconvenientes que resulta necesario conocer.

Cualquiera puede pensar que hacer un trasvase puede significar “hipotecar” el desarrollo económico de la zona cedente frente a la receptora. Naturalmente se supone que sólo se cedería lo que sobrara, pero ¿cuánto es lo que sobra? ¿y si lo que sobra, lo necesita el ecosistema? Por ejemplo, algunos expertos consideraban que existía un riesgo de aumento de la salinidad en el arco final del Ebro o un aumento en la concentración de los compuestos que los agricultores utilizan y que desgraciadamente, ya sea por lluvias o cualquier otro motivo, a veces acaban en el agua, lo que afectaría tanto a la calidad de las aguas, como a los animales y plantas que en ella moran y también a la agricultura del Ebro, particularmente afectada por fauna invasora.

Pero el riesgo ecológico, no queda sólo en la cuenca excedentaria, también afectaría a la receptora, porque cada especie, cada animal, está adaptado a unas condiciones de vida, a un caudal determinado, a una alternancia de tiempos de escasez y tiempos de abundancia y no a otras. Con el trasvase podríamos afectar a las faunas y floras de las dos cuencas.

Otras críticas de esta solución, se referían a una cuestión más técnica, refiriéndose a los 20 años que se tardaría en finalizarlo, argumento utilizado por el conocido socialista Marcelino Iglesias entonces, en quién sería el que más se beneficiaría (los constructores de embalses y pantanos necesarios para realizar el trasvase) o en si de verdad necesitamos agua de buena calidad, cuando la mayoría de los usos no lo requieren (argumento esgrimido por Antonio Valero, entonces catedrático de Termodinámica).

Eso por no hablar de que, tal y como dijo en su día Francisco Javier Martínez Gil, catedrático de Hidrogeología en Zaragoza en el momento de la discusión, el coste no sería constante ni bajo a lo largo de todo el trasvase, porque a medida que el agua se alejase del foco emisor, los costes de llevar esa agua más lejos irían aumentando, por lo que los receptores finales, que son los que en teoría más lo necesitan, serían los que pagarían más por ella. Pudiendo llegar a pagar hasta el triple según Pedro Arrojo, profesor entonces del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza.

Pese a todas esas críticas, la otra solución alternativa, que lleva muchos años utilizándose en Canarias, las desaladoras también tienen sus ventajas e inconvenientes.

En cuanto a ventajas, se pueden citar bastantes pero que se resumen en una: ahorro.

Ahorro porque sólo se estima que se ocuparía un 3% de los terrenos que se ocuparían para hacer el trasvase.

Ahorro, porque se consumiría un 30% menos de energía que la requerida para trasladar el agua del Ebro hasta Murcia y Almería.

Ahorro, porque dada la ubicación de las zonas deficitarias, se podrían utilizar energías renovables (solar, eólica…) en el funcionamiento de las desaladoras, lo que supone dar un pequeño descanso a nuestro planeta
Los inconvenientes se resumen en tres: impacto medioambiental, costes de transporte y consumo energético.

Impacto ambiental, porque las desalinizadoras se tendrían que construir en lugares que no estén ya ocupados por el turismo, por la cantidad de residuos salinos (la salmuera) tóxicos para el ecosistema marino que pueden generarse (del orden de 9 veces el volumen de agua creado en los modelos “más ineficientes”, hasta 2-3 veces y más concentrada en modelos de osmosis inversa) y por los vertidos de las desaladoras al mar que podrían dañar los ecosistemas marinos.

Consumo energético, porque la osmosis inversa, requiere instalaciones complejas que consumen gran cantidad de energía, aunque parte sea renovable.

En cuanto a costes de transporte, a pesar de que el agua se generaría más cerca de donde se necesitara también requieren de instalaciones que la trasladen a donde se necesite.

Y finalmente una última cuestión, la agronómica y económica: Los cítricos, uno de los sectores más importantes de la agricultura en el levante, son muy sensibles a los minerales que contiene el agua desalada, lo que impediría su uso para riego de estos frutales, perjudicando a todo un sector de la población que vive de ello.

Pero también es necesario recordar que ha habido muchos avances en estos últimos años, avances que podrían solucionar los argumentos de consumo energético que se utilizan en contra de las desaladoras como por ejemplo: el intercambiador de presión, que permite transmitir energía de la salmuera a la alimentación de la fábrica de forma eficiente.

Si a esto añadimos, las muchas recomendaciones que ha hecho ya el CSIC a la hora de desarrollar los proyectos de desaladoras y de cómo gestionar sus residuos, es muy probable que salieran “más rentable” las desalinizadoras. Pero esto muchas veces, no depende de argumentos técnicos, sino de voluntad política. Todo dependerá de lo que se decida desde los distintos gobiernos.

El debate vuelve a estar sobre la mesa ¿Desaladoras o Trasvases? ¿Ustedes que piensan?

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