El estudio ha sido realizado por Bernadette Cullen, profesora asistente de psiquiatría y ciencias conductuales en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore y líder del estudio.
Los investigadores analizaron datos recogidos desde 1994 hasta 2004, de más de 2.100 pacientes, los cuales sufrían esquizofrenia. La causa más común de muerte era la enfermedad cardiovascular, responsable del 28% de las muertes de los pacientes.
Los daños no intencionados fueron la causa del 8% de los fallecimientos en el periodo considerado por el estudio.
Los pacientes que cumplían con un 90 % o más de su tratamiento de medicación con antipsicóticos tenían un riesgo de muerte de un 25 % menor que aquellos que lo cumplían en menos de un 10%.
También se halló que cada visita adicional al año a un profesional de salud mental estaba relacionada con una reducción del 5% del riesgo general de muerte.
Aunque seguir el tratamiento con el medicamento antipsicótico redujo el riesgo de muerte, también se demostró que el riesgo de fallecimiento de los pacientes que tomaron diariamente dosis altas de antipsicóticos de primera generación se incrementaba en un 88%.
Los antipsicóticos de primera generación son relacionados con el riesgo de enfermedad cardiaca: el 53% de las personas que fallecieron durante el estudio lo hicieron debido a una enfermedad cardiovascular.
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