Las más de 2.000 ovejas, 50 vacas y decenas de caballos que participaban en la fiesta desfilaron desde la Casa de Campo hasta Las Ventas, pasando por Sol y la calle Alcalá bajo la atenta mirada de los madrileños, poco acostumbrados a convivir con estos animales.
La Fiesta de la Trashumancia acerca las costumbres de la vida rural a la capital y sirve para recordar una parte de la historia del país, pues el origen de la trashumancia se remonta a 1273.
En ese año, Alfonso X El Sabio concedió permiso al Concejo de la Mesta de los Pastores para que trasladasen sus rebaños entre las montañas del norte y los valles del sur. El tributo que los pastores pagaban por atravesar los Puertos Reales llegó a convertirse en el principal ingreso del Reino de España.
El paso de las ganaderías por el centro de Madrid fue una práctica habitual hasta mediados del siglo XX.