En su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2012, don Felipe hizo referencia a la necesidad de "seguir construyendo nuestro futuro paso a paso; con un pie firme en el presente y con una decidida voluntad de superar los desencuentros; preservando los afectos y manteniendo vivas las emociones y los sentimientos que compartimos, forjados a través de nuestra larga historia común".
En este sentido, apostó por un futuro basado en el respeto y la confianza mutua entre todos los españoles y en el que cada uno trabaje, dijo, con su propia personalidad y con espíritu constructivo en un mismo proyecto de convivencia.
El Príncipe también aludió a la Constitución de Cádiz y a su bicentenario, para afirmar que constituye una "lección de patriotismo de sus artífices, españoles", añadió, "de ambos hemisferios". Agregó que "el ejemplo de superación del pueblo español en aquel trance histórico" supone una "gratificante fuente de inspiración para todos".
En un discurso con varias alusiones a la conciliación y la convivencia, subrayó la actitud de los futbolistas del Real Madrid y del Barcelona Iker Casillas y Xavi Hernández, respectivamente, a los que el jurado concedió el Premio de los Deportes.
"Son un modelo para los jóvenes por su deportividad y buen juego, sin duda", indicó, "pero también por su actitud conciliadora y por esa amistad de años que ha sido destacada con motivo de la concesión de este premio como un valor añadido fundamental a sus importantes éxitos deportivos".
Asimismo, hizo alusión al deber de las instituciones de servir a los ciudadanos, en un momento, recordó, en el que los españoles están haciendo sacrificios como consecuencia de la crisis económica.
Ante esta situación, el Príncipe destacó que España debe avanzar hacia la consecución de objetivos apoyándose en el conocimiento, la ciencia, las nuevas tecnologías, la innovación, la comunicación y la creatividad.
Añadió que estos objetivos "implican grandes retos en un contexto internacional en el cual tenemos que ser conscientes de que, como respuesta a la imparable interdependencia, el mundo avanzará cada vez más hacia una mayor integración política y económica".
"Necesitaremos más respuestas globales a los problemas que ya hace tiempo lo son. Esto supone afrontar enormes desafíos que solo podremos superar e influir en ellos a nuestro favor, si todos los españoles colaboramos y caminamos en la misma dirección", apuntó.
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