El brote ya ha llegado a 17 estados de los Estados Unidos, aunque el más afectado es Tennessee con 70 casos, seguido de Michigan con 68 y Virginia con 41.
Las autoridades de los Centros del Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han anunciado que hasta este martes ya eran 308 las personas afectadas y 23 las fallecidas por este extraño brote.
También se ha descubierto que el laboratorio New England Compounding Center (NECC) producía las inyecciones contaminadas que no respetaban muchas de las medidas obligatorias de bioseguridad.
Se estima que han conseguido contactar con el 90% de las personas que habrían sido medicadas con inyecciones de esteroides que estaban en mal estado, y aseguran que ya han sido retiradas del mercado.
En estos momentos, los científicos siguen trabajando y analizando los casos para encontrar soluciones que permitan evitar que el brote se siga expandiendo.
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