Los primeros cien días nefastos de Mohamed Morsi

El pasado lunes se cumplieron 100 días desde que Mohamed Morsi obtuviera el poder en Egipto. El presidente egipcio, antes de ser elegido, prometió a sus ciudadanos acabar con las continuas manifestaciones y revoluciones que se estaban produciendo en el país, así como terminar con la inestabilidad en la que Egipto se encontraba sumida. Sin embargo, sus discursos pre-electorales no fueron más que verborrea. A día de hoy la inestabilidad sigue presente y la plaza Tahrir vuelve a llenarse de manifestantes que piden una nueva Asamblea Constituyente.

El rais prometió que, pasados los 100 primeros días de su mandato, sus cinco pilares de su programa electoral estarían resueltos: reducir el caótico tráfico, aumentar la seguridad, retirar la basura acumulada en las calles, acabar con la escasez de combustible y terminar con la subvención del pan. Morsi asegura que sus objetivos se han cumplido , al menos, mayoritariamente. Sin embargo, observadores exteriores al gobierno egipcio no tienen la misma opinión al respecto. Según los datos obtenidos de fuentes externas, el presidente Morsi solo habría cumplido 9 de sus 64 objetivos. Los datos vertidos desde el gobierno egipcio no encajan con los observadores exteriores síntoma de que la inestabilidad y la incertidumbre siguen permaneciendo en el país árabe. La tarea que tiene el rais con su país no es fácil, al contrario, establecer una deficiente economía y poner en pie a un país como Egipto es un asunto complicado.

Ante tales perspectivas y viendo que el país ,no solo sale a flote, sino que se hunde más, la plaza Tharir, núcleo central de todas las manifestaciones desde que empezara la Primavera Árabe, si vio ayer atestada de ciudadanos opositores al gobierno que pedían que Morsi cumpliera sus promesas. La oposición laica destacó por su número de participantes. La batalla que tuvo lugar ayer en Tharir acabó con el pronóstico de 121 heridos. Los enfrentamientos se agravaban conforme pasaban las horas hasta que finalmente se desconvocaron las protestas.

El mejor medidor político que tiene Egipto es la plaza Tharir. Parecía que no se iban a producir más manifestaciones de este calibre, sin embargo, la situación parece bastante candente y, a menos que cambie el rumbo de las cosas, los ciudadanos seguirán saliendo a las calles a protestar.