San Sebastián despierta con un sol otoñal, que ilumina pero calienta poco. En las calles, viandantes y algún turista perdido mientras busca dónde comprar provisiones para lo que le queda de viaje. No puede. Todo está cerrado.
San Sebastián quedó ayer paralizada por la huelga general convocada por los sindicatos nacionalistas vascos debido a los recortes. Una huelga que fue secundada masivamente y que provocó que el Festival de San Sebastián redujera su actividad a servicios mínimos para solidarizarse con la causa.
Carteles forrados en negro para evitar daños y pintadas, teatros y cines cerrados y una programación mínima solo exhibida en el Kursaal, el único punto del festival operativo. Los panfletos rojos del suelo que rezaban “Greba Orokorra, Irailak 26” (huelga general, septiembre 26), se confundían con el color de una alfombra ayer más reivindicativa que glamurosa.
Para no robar atenión a la huelga se habían suspendido todos los actos oficiales con excepción de la llegada de Monica Bellucci para la presentación de su última película, Rhino season, y el estreno del drama chino All apologies. La aparición de la actriz italiana se retrasó hasta la tarde en lugar de suceder por la mañana con el estreno de la película, debido a problemas técnicos de la copia y a que la manifestación pasaba por el Kursaal justo en el momento del estreno.
Otras películas que pudieron verse ayer en el Kursaal fueron Carne de perro, Parviz, El último Elvis y 7 cajas. Esta última se proyecto con el aforo del K2 al completo y recibió la mayor ovación dada hasta ahora en la sección que compite, Nuevos Directores. La película cuenta la historia de un joven de 17 años en un mercado pobre de Asunción, Paraguay, cuando acepta transportar 7 cajas a cambio de dinero suficiente para comprar un móvil con cámara. Esta ha sido una de las pocas películas producidas por Paraguay, que ronda las 20 películas en toda la historia del cine, y ahora mismo está triunfando en la taquilla nacional, superando a Titanic que tenía hasta entonces el record de espectadores.
En el día con servicios mínimos, la organización del festival calcula unas pérdidas de entre 30.000 y 40.000 euros por la jornada de paro, pero añade que es una cantidad recuperable en días siguientes si la venta de entradas sigue como hasta ahora; ya que, a pesar de la subida del iba, la venta de localidades no ha bajado este año. Un día de huelga en el que una de las opciones de ocio ha sido acercarse al Kursaal y ver las perlas cinematográficas del mundo que brinda el Festival.
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