La investigación ha sido realizada por investigadores canadienses y, para realizarlo, se observaron a más de 600 jóvenes con un promedio de edad de unos 12 años para evaluar la forma en que los niveles de actividad física afectaban los factores de riesgo cardiometabólico, como el IMC que es el índice de masa corporal.
El 26 % de los niños que participaron en el estudio tenían sobrepeso o eran obesos al inicio de este.
Se halló que con el ejercicio vigoroso, el IMC, la circunferencia de la cintura y la presión arterial sistólica disminuían, mientras que la aptitud cardiorrespiratoria y el consumo máximo de oxígeno aumentaban.
Estos hallazgos muestran los beneficios de una actividad física vigorosa, superiores a los del ejercicio ligero y moderado para reducir los factores de riesgo cardiometabólico en los jóvenes.
También decir que el ejercicio ligero o moderado no llevó a ningún cambio significativo en los factores de riesgo cardiometabólico, ya que esto solo se consiguió con una actividad física vigorosa.
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