Con este descubrimiento se podría reducir el tiempo de carga entre 20 y 30 veces, pasando de horas a minutos.
Para obtener estos resultados se ha introducido grafito en la solución de electrolito de la batería de manera que partículas de carbono en suspensión crean puentes que hacen más homogéneo el flujo de energía.
Gracias a este descubrimiento se superará el límite físico de velocidad de carga de las actuales baterías de ion-litio, aunque no aumenta su capacidad. El descubrimieno no es aplicable a baterías de dispositivos electrónicos debido al reducido espacio que hace que añadir carbono no suponga prácticamente diferencia alguna.