Las horas pueden pasar con excesiva lentitud cuando tu día a día tiene el mismo escenario: la cárcel de máxima seguridad de Guantánamo. Para hacer más llevadera la cuenta atrás que les separa de la ansiada libertad, los reclusos de la prisión tienen una clara preferencia por la ficción ‘El príncipe de Bel-Air’.
Hasta el momento, los libros que conforman la saga Harry Potter eran los más demandados por los presos, tal como afirmaba en un artículo The Miami Herald. Pero el joven de Filadelfia que intenta crearse un hueco junto a sus tíos y primos en una mansión de Bel-Air ha sabido ganarse a ese púlico y encontrarse entre la predilección de los más de 100 reclusos que llenan la estancia penitenciaria.
Según afirma la única periodista de Estados Unidos destinada de manera permanente en Guantánamo, el centro cuenta con 28.000 libros y vídeos en varias lenguas como el árabe, pastún, inglés y francés.
Para ver la televisión, los detenidos menos peligrosos pueden disfrutar en las habitaciones comunales de televisores anclados en la pared dentro de una urna de plástico. Mientras tanto, los reclusos de máxima seguridad ven disminuido sus horas de disfrute del ocio televisivo a una o dos horas al día en una celda aislada, con un tobillo sujeto con grilletes al suelo y sentado en un sillón.
Pero El príncipe de Bel-Air no ha sido la única serie que ha sabido llegar a los corazones de los reclusos. En su tiempo, Bill Cosby tuvo un gran apogeo entre los presidiarios.
La literatura no se escapa de llenar un amplio hueco en el entretenimiento carcelario, siendo Los Juegos del Hambre, junto a la saga de J. K. Rowling unos de los libros más demandados. Otro de los volúmenes que han suscitado la atención de los internos, según han afirmado algunos de los bibliotecarios, han sido las memorias de Barack Obama tituladas La audacia de la esperanza.
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