Esta cumbre, que se celebra 20 años después de la mítica cumbre del 92 en el mismo lugar que la primera ha reunido a un centenar de jefes de Estado y/o de Gobierno y altos representantes de un total de 193 países en la ciudad brasileña en un encuentro que durará hasta el viernes en el que el acuerdo de mínimos del documento a debate ya ha decepcionado a muchos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó en su discurso de apertura que en estos momentos, el mundo ya no puede permitirse el lujo de perder más tiempo. Es hora de superar los intereses particulares y pensar en las generaciones futuras. Pero por muy ciertas que estas palabras sean, su mensaje no ha calado en los gobernantes del mundo, que han puesto en evidencia sus más profundas diferencias, las cuales han dificultado el alcanzar un acuerdo más amplio para esta cumbre, en la que se podría jugar el futuro del planeta.
Las organizaciones no gubernamentales han criticado duramente los términos de este acuerdo y muchos de los asistentes han mostrado ya su pesar por la escasa ambición que tiene este documento de debate. Solamente, la presidenta Dilma Rousseff, anfitriona de la cumbre, ha mostrado en su discurso una conformidad calurosa hacia lo acordado el martes pasado, aunque posiblemente sólo lo haya hecho porque han sido los brasileños los que han tenido que eliminar los puntos más polémicos para que las negociaciones no fracasaran.
El nuevo Presidente de Francia, François Hollande, hizo desvanecer poco después el optimismo al afirmar que el acuerdo es insuficiente para dar una mayor importancia en la agenda global a las cuestiones medioambientales, al tiempo que anunciaba su más decidida ambición de lograr la creación de una agencia de la ONU, similar a la OMS, dedicada al medio ambiente. Una cuestión ampliamente defendida en la Unión Europea que debió ser eliminada debido a las presiones de los países en desarrollo, entre los que se encontraba Brasil.
China, uno de los países que más contamina del mundo cuya legislación medioambiental es menos rigurosa, anunció que el medio ambiente tendrá que esperar hasta que su cuidado no suponga frenar el crecimiento económico de su país.
Mientras tanto, Cristina Fernandez de Kirchner, abandonó la conferencia sin pronunciar su discurso, debido a una huelga de camioneros en Argentina, según alguno de los medios de Buenos Aires.
La cumbre que celebra el vigésimo aniversario de la Cumbre de la Tierra, que también se produjo en Río de Janeiro y fue tan positiva, prosigue este jueves con los pronunciamientos del resto de autoridades, entre las que se encuentra Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos.
El Presidente de nuestro Gobierno, Mariano Rajoy ha advertido, en su más que conocida visión económica, que sólo los proyectos medioambientales viables desde el punto de vista económico, serán sostenibles, al tiempo que abogaba por una economía verde que además de proteger el medio ambiente cree, lo que más se necesita en España, empleo.
“Solo puede preservarse, si incorporamos su valor económico a nuestras decisiones como gobernantes” “lo que no sea viable desde el punto de vista económico no podrá sostenerse” “algo que no sea sostenible medioambientalmente, no será útil económicamente” “hay que incentivar el peso de las energías renovables”, ha manifestado, a pesar de que no sea precisamente lo que el gobierno español esté haciendo en estos momentos, señalan las organizaciones ecologistas que ponen como ejemplo de las actuaciones del gobierno la promoción de la energía nuclear, los combustibles fósiles, las ayudas del carbón o la promoción de prospecciones petrolíferas en entornos ecológicamente muy valiosos, mientras se quitan subvenciones a las energías renovables.
Debemos mejorar los sistemas productivos en la agricultura en cuanto a su uso de agua y fomentar el uso sostenible de los recursos marinos, ha señalado como medidas para superar los desafíos que la presión demográfica humana supone y supondrá en el futuro para el planeta.
Hoy, el Presidente del Gobierno se ha dirigido a Sao Paolo para reunirse con empresarios y respaldar el trabajo de nuestras empresas en esta potencia emergente. No sabemos si hará caso a la carta que Ecologistas en Acción le ha dado, en la que le exigían que trabaje para la consecución de un giro a nivel mundial del modelo insostenible en el que vivimos y se le pedía su rechazo para el capitalismo verde, que controlara la actuación de las corporaciones en los países del Sur y apostara por una agenda comercial internacional que ponga en el centro de sus políticas la sostenibilidad ambiental del planeta y la justicia social. No permita que con esta cumbre se produzca un retroceso respecto a lo logrado hace 20 años-señalaban.
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