La navidad esta ya encima y son muchos los niños que piden en sus cartas a los Reyes Magos el perro monísimo que había en el escaparate. Pero no son juguetes. Por ello, Equo ha llamado a la “responsabilidad ciudadana” y yo os ofrezco algunos motivos de reflexión que refrenen estos impulsos.
Somos muchos los que cuando pasamos cerca de un escaparate de una tienda de animales nos quedamos embelesados mirando las monadas que nos exhiben. Algunos puede que pensemos en caer en la tentación de comprar esa ricura como regalo en estas fiestas.
Pero los pequeños animalitos que nos muestran requerirán del receptor del regalo unos cuidados, atención y gastos económicos no sólo ahora cuando está encantado, sino durante toda la vida del animal incluso en los días más fríos o cuando estén más ocupados. Por ello Equo ha pedido responsabilidad tanto a la hora de comprarlos como después, dado que existe una percepción entre algunas personas de que los animales son de “usar y tirar”, lo cual desemboca en el abandono de los mismos o a llevarlos a un centro veterinario para que le pongan una inyección cuando el “juguete” se ha convertido en una carga.
Algunos motivos de reflexión que os lanzo con la esperanza de frenar esta tendencia son:
Si después de leer todo esto, decides comprarlo, debes también saber que:
No queremos acabar este artículo sin tratar el tema de la prevención.
La fundación Affinity, autora del estudio del cual hemos extraído estos datos del 2010, considera que las dos medidas más destacadas son las campañas de concienciación, el endurecimiento de la legislación y, en tercer lugar, las sanciones y exigir una licencia de acreditación para la tenencia de animales.
Afortunadamente, Equo ha recogido el guante ante esta situación y ya se ha puesto manos a la obra entregando en algunas localidades, un modelo de ordenanza que “encare esta situación cada vez más insostenible”.
En su propuesta introduce la supresión del sacrificio en albergues, la necesidad de una educación social, la prohibición de espectáculos donde haya maltrato animal o la responsabilidad de los dueños de sus mascotas, así como unas reglas de convivencia entre los dueños y el resto de la ciudadanía.
Yo desde aquí, quiero pedir a nuestros lectores, mesura y no dejarse llevar por la atractiva luz de los escaparates.