Crítica de cine

Las sombras de Johnny Depp

Las sombras de Johnny Depp

jueves 16 de octubre de 2014, 19:14h

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Por fin Tim Burton hinca el diente al mundo de los vampiros.

Las sombras de Johnny Depp

Para esta ocasión tan especial ha contado con dos de los actores más camaleónicos del panorama de Hollywood. Johnny Depp y Helena Bonham Carter, son dos de los intérpretes a los que menos se les puede acusar de encasillarse en un papel. A Depp le hemos visto como pirata, sombrerero loco, como director de cine e incluso como dibujo animado. A Bonham Carter como bruja, reina e incluso como pastelera.

Pero en Sombras tenebrosas no sólo veremos a estos dos pesos pesados, en el nuevo trabajo de Burton veremos un trabajo coral, en el que todos los personajes acaban teniendo su momento de gloria.

Michelle Pfeiffer regresa más guapa y madura que nunca, ella es Elizabeth Collins, la sufridora cabeza de familia. También tenemos a Eva Green, interpretando a la mala malísima, y como no, no podía faltar la joven indefensa enamorada del vampiro, encarnada por Bella Heathcote.

Sombras tenebrosas cuenta la historia de la familia Collins, los cuales emigraron desde Liverpool a Estados Unidos para hacer fortuna. Y lo consiguieron, todo iba bien hasta que su hijo Barnabas (Depp), rompió el corazón de su joven amada (Green). Lo que no se esperaba Barnabas es que esta le lanzase una maldición. Convertido en vampiro, dos siglos más tarde despierta, descubriendo que sus parientes lejanos están arruinados. El chupa-sangre hará todo lo posible por ayudarles, incluso enfrentarse a sus viejos fantasmas.

Un ambiente tétrico envuelve todo el largometraje, con giros y situaciones propias de la marca Burton y en ella se pueden ver ciertos guiños a los grandes clásicos de terror. Para la banda sonora el director ha contado con Danny Elfman, como ya hizo en Alicia en el País de las Maravillas (2010), La novia cadáver (2005) o en Pesadilla antes de Navidad (1993).

Lo cierto es que en Sombras tenebrosas el espectador se va a reír, se va a asustar e incluso se puede sentir identificado con el vampiro Barnabas y sus desgracias.

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