Los conciertos y espectáculos similares que podía acoger el Madrid Arena distaban mucho de lo que fue la «Thriller Music Park» del pasado Halloween. El espacio se limita en este tipo de celebraciones, a la mitad de las gradas desplegadas, así como la mitad de la pista ocupada, según un informe interno del Área de Urbanismo.
Se especifica en este documento que las actividades que alberga el recinto son de tres tipos:
Deportivas: con un aforo máximo de 11.010 espectadores y repartidos en los tres niveles de gradas.
Actividades de exposición o tipo ferial: en las que sólo es posible el acceso de un máximo de 5.281 ocupantes repartidos en los espacios horizontales que dejan las gradas una vez plegadas en los tres niveles, incluida la ocupación de la pista deportiva.
Y, finalmente, actividades de espectáculos públicos y recreativas, que son las que vienen a colación.
En este tercer epígrafe se especifica que para estos eventos la utilización máxima del espacio es de unos 16.419,60 metros cuadrados. Sin embargo, únicamente está permitida la mitad de las gradas desplegadas y con un reparto de espectadores en 11 filas por nivel.
Considerando la mitad de la pista ocupada y con un aforo parcial el aforo máximo del recinto para este tipo de acontecimientos es de 8.649 personas sentadas (sin excluir al personal que interviene en el espectáculo deportivo ni auxiliar).
Es decir, que un evento como la fiesta del pasado 1 de noviembre, se asemejó en la práctica más a la disposición del uso para exposiciones y muestras; en ese caso, el aforo no debía superar las 5.281 personas.
Oficialmente, para la fiesta de Halloween se vendieron casi 10.000 entradas. Eso, sin contar los centenares de personas que se colaron. De aquí la inminente tragedia vivida.
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