El primer debate presidencial en EE.UU deja una puerta abierta para el candidato republicano Mitt Romney. Parecía que Obama tenía todas las de ganar en este encuentro cara a cara. Sin embargo, la confianza y seguridad que Romney mostró en el encuentro, dejó al presidente Obama desconcertado. Durante los 90 minutos que duró el debate, la actitud de Obama fue la de situarse a la defensiva ante un Mitt Romney creyente de sí mismo y seguro de sus argumentos.
El tema central del encuentro fue la economía. El primer en intervenir fue el demócrata, Barack Obama, quien, antes de comenzar su discurso, se dirigió hace su mujer para agradecerle su constante apoyo. A pesar de tal buen arranque, no pudo hacer nada contra un Romney cada vez más creído. Cuando le llegó el turno de palabra, el candidato republicano comenzó a explicar sus reformas económicas y viendo en qué se diferenciaban con las propuestas por Obama. Romney se aseguró de remarcar que su objetivo era abrir vías con Latinoamérica.
Romney aseguró que la situación de endeudamiento de los EE.UU es “inmoral”. Mientras tanto, Obama se defendía de las agresivas de su oponente afirmando que las propuestas planteadas por Romney no creará trabajo y, además de ello, producirán graves recortes en educación.
Durante la hora y media de cara a cara, la función se basó en un ataque por parte del republicano y en una defensa por parte del demócrata. Obama no consiguió enganchar al público. Su tono monótono discernía bastante del Obama que los estadounidenses acostumbran a ver en los mítines. Las palabras duras, firmes y seguras de Romney fueron un jarro de agua fría para el Presidente.
En cuanto al moderador, el periodista Jim Lehrer, no tuvo una participación muy acertada y los medios lo dan por “suspenso” en este primer debate presidencial. El próximo encuentro entre los dos candidatos a ocupar el sillón de la Casa Blanca tendrá lugar el 16 de Octubre en Nueva York y el último de los debates se realizará el 22 de Octubre en Florida. Obama deberá plantearse una nueva estrategia para conseguir plantar cara a un Romney decidido y confiado.
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